Partiendo
de Vigo y siguiendo un trazado por los muelles y astilleros,
atravesamos el barrio pesquero de Bouzas, antiguamente municipio
independiente y anexionado con posterioridad al de Vigo. .
Continuando la línea costera, paseremos numerosas playas como las de
Samil, el Vao, La Isla de Toralla, Coruxo, Canido, etc...q.
En
Coruxo podemos hacer una parada para visitar la iglesia románica de
San Salvador .Desde aquí se accede a la carretera de Baiona, C-550
que constituye en si misma un paisaje sorprendente, por la izquierda
se tiende al Valle Miñor, salpicado de pinares, antiguos pazos y
casas campesinas, mientras sigue a su vez la orla litoral. Al llegar
a la Ramallosa con un viejo puente medieval, queda a la izquierda la
desviación a Gondomar.
Llegamos
a Baiona, antiguamente llamada Erizana, primer lugar que tuvo
conocimiento del descubrimiento de América con la arribada a su
puerto de la carabela "La Pinta". Aquí cabe dirigirse al
castillo de Monterreal, antigua fortaleza convertida hoy en Parador
de Turismo. Casi enfrente, sobre un peñasco se alza la imagen de la
Virgen de la Roca.
Conviene encaminarse ahora hacia Cabo Silleiro, donde la costa se hace agreste y rocosa. En este punto del recorrido y solamente en verano, podemos acercarnos al lugar de Mougás donde se marcan los caballos salvajes en los famosos "Curros". Sólo al llegar a Santa María de Oia, se observa una pequeña ensenada. En esta localidad, está el monasterio de Santa María de Oia, una de las casas más importantes de la orden del Císter en Galicia. La fachada barroca pertenece a la primera mitad del siglo XVIII.
Avanzando
unos cuantos Km. se ve una desviación que nos lleva al monte de
Santa Tegra. Durante esta ascensión aparecen en sus laderas las
antiguas moradas circulares castreñas. Desde su cumbre se puede ver
como el río Miño va a morir al mar en el estuario de Camposancos.
Desde la altura se desciende a la villa de A Guarda por la C-550.
Pueden visitarse después algunas bodegas del Valle Del Rosal. La
carretera conduce a la ciudad fronteriza de Tui, hundida en la
nostalgia medieval con sus callejas que suben a la Catedral, iniciada
en el año 1120, aunque sufrió grandes reformas en el siglo XV. Esta
población fue hasta 1833 capital de una de las siete provincias del
Reino de Galicia.
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