martes, 7 de agosto de 2012

Museos de Vigo 2: CASTRELOS

El Pazo Quiñones de León es en sí mismo un documento histórico y una obra de arte como edificio y ello debe ser explicado. Está presente en buena parte de la historia de la ciudad olívica durante la Edad Moderna e incluso Contemporánea, lo que le ha llevado a ser considerado por los vigueses como una de sus principales señales de identidad.

Su origen se remonta al antiguo Pazo de Lavandeira, construcción levantada hacia 1670, años después de la fundación del mayorazgo por el capitán Juan Tavares en 1665 (como recoge el escudo de armas de la fachada principal). Esta familia permanece en la propiedad hasta el siglo XVIII en que dejará paso a los Montenegro y a comienzos del XIX al marquesado de Valladares.

Pazo de Castrelos
 A finales del siglo XIX la finca y el pazo son heredados por doña María de los Milagros Elduayen, VIII Marquesa de Valladares, y su esposo Fernando Quiñones de León, Marqués de Alcedo, quienes emprendieron una importantísima reforma del edificio. El temprano fallecimiento de la marquesa hizo que el pazo pasase a manos de su hijo Fernando, IX Marqués de Valladares. En 1918 este perece sin descendencia dejando como heredero a su padre y como usufructuaria vitalicia a su esposa, Mariana de Wythe. Será su padre quien el 12 de diciembre de 1924 done al pueblo de Vigo la propiedad, condicionando su donación a que se dispusiesen en él un museo y un parque público.

Orígenes
El antecedente arquitectónico del edificio actual es la citada en la documentación como "Torre de Lavandeira" que probablemente se levantaba en el mismo lugar que el pazo ocupa hoy en día. Su denominación como torre alude a una tipología heredera de la arquitectura militar medieval.
En el marco de los enfrentamientos fronterizos con Portugal a consecuencia de proceso de independencia iniciado en 1641 en el país vecino se produce la devastación de la Torre de Lavandeira, levantándose en 1670 el nuevo edificio del mayorazgo fundado por Juan Tavares.

Formas
Se construye un edificio de nueva planta inspirado en el cercano y recién construido (1633) pazo de Santhomé (La Pastora), ejemplo de palacete renacentista urbano castellano implantado en el rural gallego por la vinculación a la Corte de sus propietarios. El edificio sigue la tipología de cuerpo flanqueado por dos torres, actualmente muy reformado y ampliado con un añadido en la parte posterior, y una crujía perpendicular que alberga la capilla y el pabellón de servicios. Estas ampliaciones y reformas fueron emprendidas por el Marqués de Alcedo a finales del siglo XIX y principios del XX.


Interiores
Con anterioridad a 1680 los propietarios del pazo poseían una oratorio privado dedicado a Nuestra Señora de la Soledad que permaneció activo en una sala del pazo a lo largo del siglo XVIII. (Cfr.: Juan Miguel González Fernández. Inventario histórico das ermidas de Vigo e do Val de Fragoso. Vigo, 1997). No existía una construcción específica de capilla y el lugar de culto y enterramiento de los señores del pazo no era otro que la iglesia de Santa María de Castrelos, a corta distancia de la vivienda, donde poseían un lugar de privilegio en el altar mayor. En 1853 se construirá la capilla anexa a edificio principal bajo la advocación de la Virgen del Carmen. Permanecía cerrada y sólo se oficiaba en ella cuando los marqueses se hallaban en el pazo.

El interior responde al prototipo de palacio urbano, confiriéndole a cada piso a una funcionalidad diferente. La planta baja esta destinada a las habitaciones de servicio, cocina y almacenes. En la planta noble se sitúan salones y cuartos. La escalera que los comunica está situada en la ampliación realizada a finales del XIX y fue ejecutada en el siglo XX. No obstante, el interior el edificio ha sido objeto de importantes remodelaciones, que nos impiden reconocer cómo era exactamente su distribución inicial.

El mobiliario y ajuar originario del pazo no han llegado hasta nosotros pues los bienes muebles de la casa no formaban parte de la donación a la ciudad de Vigo. Numerosas fuentes documentales hablan de su riqueza. El mobiliario actual es fruto de sucesivas donaciones y compras del Concello de Vigo. Está formado por un rico repertorio de muebles (de asiento y de guardar, mesas, espejos, biombos y otros muebles auxiliares), alfombras (de oriente medio y españolas) y lámparas de cristal.

La austera capilla del pazo está presidida por un retablo de mediados del siglo XVI cuya procedencia es, por el momento, una incógnita. El retablo es de factura plateresca y responde a planteamientos muy difundidos en Castilla. Al haber sido adaptado al testero de la capilla, no conserva más que dos cuerpos divididos en tres calles, en las que se albergan cuatro pinturas sobre tabla del taller del maestro zamorano Lorenzo de Ávila.

Jardines
El espacio ajardinado esta ubicado en el entorno inmediato a la vivienda y forma con ella un conjunto indisociable. Se concibe, a la manera de los grandes jardines de la Francia barroca, a partir de un eje longitudinal perpendicular a la fachada que permite verlo en su totalidad con un sólo golpe de vista.

Los jardines se trazaron a finales del siglo XIX, probablemente por la prestigiosa empresa portuguesa de jardinería radicada en Porto, Jacintho Mattos, hoy desaparecida, por orden del Marqués de Alcedo. Podemos observar en él seis partes bien diferenciadas: el jardín de acceso, la rosaleda, el jardín francés, el jardín inglés (o "pradera del té"), la solana al fondo y el bosque.
Variedad de trazado y especies

El jardín de acceso se sitúa ante la entrada principal. Está delimitado lateralmente por el ala de servicios a su derecha y a su izquierda por un muro almenado con garitas. Su trazado es muy sencillo, una rotonda central con un surtidor rodeada por dos parterres laterales.El jardín continúa en la parte posterior del edificio en tres niveles descendentes. El superior está ocupado por la rosaleda. Arranca de un cenador cubierto con una pérgola de madera, que era el antiguo invernadero.


El intermedio constituye el jardín francés. Se distinguen dos zonas: la inmediata a la fachada con un trazado de setos de mirto que llega casi a lo laberíntico, rodeado de una greca perimetral y una fuente en el centro. El sector más alejado es de mayores dimensiones y tiene un trazado más sencillo, totalmente simétrico, en torno a un eje longitudinal y a un florón central. En el pasillo lateral que lo limita con la rosaleda se encuentra el paseo de los escudos.

El jardín inglés es también llamado "Pradera del Té" por la costumbre británica que tenían los dueños de tomar el té en este lugar. Está en el nivel más bajo de los jardines. Consiste en una pradera rectangular rodeada por dos senderos de paso. En el centro se sitúa un estanque para patos con una isleta central que muestra una maqueta del pazo.

El jardín presenta numerosas variedades de plantas ornamentales y exóticas, algunas centenarias gracias a la benignidad del clima en Vigo por su proximidad al mar. Se pueden observar especies como el camelio del jardín francés, cuya edad ronda los doscientos años, los exóticos tuliperos originarios de Virginia y los viejos magnolios de la pradera entre los que se encuentra el más grande de Galicia. Esta cuidada vegetación se ve enriquecida por esculturas, una galería de blasones y diversos monumentos.


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