A
la ensenada le da nombre esta isla, cargada de historia y con unas
peculiaridades muy características. Sobresale la lengua de arena que
desde la playa parece unirse con la isla, pero que no llega a
hacerlo.
Esta isla estuvo ocupada por los templarios en los siglos XII y XIII hasta que la excomunión y disolución de esta orden deja la isla en manos de la Corona de Aragón que la dona el Obispado de Tuy en el año 1370 en agradecimiento a su fidelidad. En estos últimos siglos de la Edad Media se realizan numerosas romerías en la isla, y en este contexto se enmarca la conocida canción del trovador Mendinho ambientada en la isla de San Simón. A día de hoy hay un busto de este autor en la isla, así como, de los otros dos grandes trovadores medievales de la ría: Johán de Cangas y Martín Códax.
Esta isla estuvo ocupada por los templarios en los siglos XII y XIII hasta que la excomunión y disolución de esta orden deja la isla en manos de la Corona de Aragón que la dona el Obispado de Tuy en el año 1370 en agradecimiento a su fidelidad. En estos últimos siglos de la Edad Media se realizan numerosas romerías en la isla, y en este contexto se enmarca la conocida canción del trovador Mendinho ambientada en la isla de San Simón. A día de hoy hay un busto de este autor en la isla, así como, de los otros dos grandes trovadores medievales de la ría: Johán de Cangas y Martín Códax.
La
edad moderna en la isla de San Simón comienza con una batalla en el
contexto de las revueltas irmandiñas, que
se salda con la herida de gravedad de don Fernando Andrade
representante de Soutomaior. En los años posteriores se combinará
la ocupación religiosa de la isla con períodos de abandono y
asaltos y saqueos a la isla por parte de los piratas británicos
comandados por Sir Francis Drake.
En
1702 llega un episodio histórico, la conocida como batalla de Rande,
que enfrentó a las tropas anglo-holandesas con una coalición
franco-española, en la que resultaron vencedoras las primeras.
Después de la batalla saquearon toda la costa e incendiaron el
monasterio de San Simón, que tras una reconstrucción volvió a ser
destruido y finalmente abandonado en el año 1719, tras otro ataque
inglés.
Después
de casi un siglo de abandono, y debido a las epidemias de cólera, se
decide instalar en San Simón lo que sería conocido como Lazareto
de San Simón,
por el que tenían que pasar los navegantes procedentes de otros
países europeos. La rehabilitación de la isla corrió a cargo del
comerciante riojano Velázquez Moreno. El lazareto se inauguró en
1841. Estas obras configuraron la imagen actual de las islas, ya que
de estas fechas son los edificios el puente que une San Simón y San
Antón y la muralla exterior. El lazareto resultó fundamental en la
evolución de la ría de Vigo, ya que los barcos tenían que llegar a
él, lo que propició la expansión del puerto y la ciudad de Vigo.
El
lazareto se clausura en 1927 y con la llegada de la Guerra Civil se
convierte en cárcel. En ella fueron recluidos numerosos presos del
bando republicano, fundamentalmente de las zonas próximas, aunque
también llegaron del País Vasco y otras partes de España. La
cárcel estuvo operativa entre 1939 y 1944, y aún hoy en Redondela
quedan testigos que estuvieron recluidos en los penales de la isla.
A
partir de 1948 se convierte en residencia de verano para los miembros
de la Guardia de Franco, pero en 1950 un accidente marítimo acabó
con la muerte por ahogamiento de cuarenta y tres miembros de la
Guardia de Franco, tras hundirse su embarcación “Monchita” .
Esto precipitó el cierre de la isla, que tan solo volvería a ser
utilizada entre 1955 y 1963 como hogar Méndez Núñez para la
Formación de Huérfanos de Marineros.
Actualmente,
y después de una profunda remodelación las islas están abiertas al
público, si bien hay que pedir autorización para poder visitarlas.
Después de una profunda rehabilitación el complejo parece estar
destinado a convertirse en un centro de recuperación de la Memoria
Histórica, con varios edificios restaurados, centro de documentación
y biblioteca.
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